Al igual que lo ideal es que el traductor o traductora de una saga literaria sea siempre la misma persona, lo ideal es también que te encarguen siempre una serie entera. Sin embargo, en el campo de la traducción audiovisual, en el trayecto de lo ideal a lo real sueles tropezar con un bache llamado urgencia. Porque muchas veces los materiales definitivos no están disponibles hasta poco antes del estreno, no me suele pasar que me encarguen una temporada de una serie entera, pero cuando se da el caso lo disfruto mucho. Es una gozada traducir con la seguridad que da tener una visión global de toda la temporada, y no de capítulos aislados. La segunda temporada de esta serie, además, aunque no me ha vuelto loco, me ha entretenido, su traducción no me ha causado muchos quebraderos de cabeza y tenía el doble aliciente de ser un encargo al catalán, lengua con la que suelo trabajar menos que con el castellano, y para un antiguo cliente que casi había dado por perdido. ¡A ver si hay suerte y me cae la tercera!